lunes, 29 de junio de 2009

Serie "Intangibles"

Amarillo
En la palma de tu mano, se siente el calor del primer rayo de sol. Es amarillo. Como la miel, como el ámbar, como millones de girasoles. Amarillo, uno de los maravillosos colores del arco-iris. Sabes cuál es, sabes cómo se ve, cómo se siente y, a veces, hasta a qué sabe… y aún así, no lo puedes tocar.

Verde
Si miras a través de tu ventana lo verás en cualquier parte. Una hoja que se desprende suavemente de un árbol, un pequeño parque por el que correrá algún niño, una cinta sujetando el cabello de una silenciosa mujer. Una cinta, un parque, una hoja… verde. De color verde, como toda la naturaleza; tan profundo, tan infinito… y aún así, no lo puedes tocar.

El viento
Aún con los ojos abiertos, nunca lo podrás ver. Aunque separe cada hebra de tu cabello, aunque te acaricie suavemente la espalda, aunque desordene los papeles de tu escritorio. El viento. Sabes que está ahí, lo sientes… y aún así, no lo puedes tocar.

El tiempo
Tic, tac… Tic, tac. Las agujas del reloj te dirán la hora; el Cucú de la sala saldrá por la puertita y cantará varias veces. Harás una pausa durante el día y las agujas seguirán girando. Harás uso de tu memoria y recordarás el sabor de aquella golosina que compartiste con alguien en el recreo; el Cucú volverá a cantar y pensarás en los hijos que algún día tendrás y en los lugares que visitarás. Y el tiempo seguirá corriendo. Incansable, imparable tiempo. Avanza, se mueve como tú y como yo… y aún así, no lo puedes tocar.

Las nubes
Como el dulce sabor del algodón de azúcar, como la suavidad de aquel copo con el que te curaron las heridas, así se ven las nubes en el cielo. A veces blancas y de diferentes formas, a veces anaranjadas y como pinceladas de un cuadro al óleo, a veces grises anunciando lluvia. Las nubes hablan, las nubes dicen. Las ves desde aquí abajo y estás seguro de que existen… y aún así, no las puedes tocar.

miércoles, 10 de junio de 2009

Odet

Alicia me puso mi madre. Alicia es mi nombre de pila.
Alicia Gómez Guerrero, de los Guerrero de Mar de Plata.
Me gusta Alicia, Alicia la niña, Alicia de día.
Odet me puso Graciela. Odet es mi nombre nocturno.
Odet a secas, sin registro ni apellido.
A todos les gusta Odet. Odet es mi nombre nocturno.
Odet, Odet, se oye Odet; se oye cómo pronuncian mi
nombre por el largo corredor, y dentro de cada puerta
fluye el deseo de susurrar ese nombre cerquita
de mi oído ya cansado.
Tantas noches Odet, tantos cuerpos Odet…
Alicia me puso mi madre.

Las vainas

Rairú Rebolledo (mi duplita) y yo tripeamos burda haciendo esto.
Gracias a la gente de Prime Time y a nuestro músico estrella Roberto Tarzieris.