John Donne sabe
lo que dice
“… any man's death diminishes me,
because I am involved in mankind”
John Donne
Tanto el título
como la cita hacen referencia al poeta inglés John Donne quien, en su poema No man is an island, explica bellamente
lo importante que es la relación que tenemos con todo lo que nos rodea, en
especial con las personas. “I am involved in mankind” (estoy involucrado en la
humanidad) es una de las frases que más me ha conmovido de este poema, porque pone
a un ser humano único, en medio de un grupo inmenso de personas… Así es el
mundo, así es la familia, así es el trabajo.
Me refiero específicamente
al trabajo, porque es el lugar donde pasamos la mayor parte del tiempo. Específicamente
a nuestro trabajo, porque no para, no descansa nunca. Y específicamente a las
personas involucradas en nuestro trabajo, porque cada uno, de una forma u otra,
complementa lo que hacemos. Eso me ha llevado a entender que las relaciones
interpersonales, o mejor dicho, las buenas relaciones interpersonales, hacen
que el día a día sea más agradable, pero sobretodo he aprendido que es la mejor
manera de negociar.
Claro que
hay mucho de la personalidad de cada quien y de la disposición que tenga cada
uno sobre este tema (y sobre muchos otros, que tengan que ver con el trabajo),
pero al ver a mis compañeros como amigos, y al ser percibida igual por todos
ellos, me ha permitido conseguir un espacio de negociación, en donde ambas
partes, muchas veces, hemos llegado a sentir que esa confianza inquebrantable
en lo personal, puede (y debe) ser aplicada también en el trabajo. Pero eso es
solo de la puerta hacia adentro.
El tiempo
me ha demostrado que la buena relación con los clientes también debería existir
(más allá de lo obvio) porque todos, en distintas maneras y niveles, hemos sido
y somos clientes de la panadería, del restaurante, de la tienda de ropa, de la
costurera, de la aerolínea, del odontólogo; lo que en teoría nos debería
permitir entender, en cierta medida, lo que significa invertir para obtener soluciones
a cambio. Pero sobretodo, porque vender una idea es de las cosas más difíciles
de hacer, entendiendo que con cada presentación, le estamos pidiendo a un grupo
de personas que crean en algo nuevo, en algo en lo que creemos nosotros; y que
además paguen por eso. Lo que me hace pensar que, cualquier actividad
evangelizadora, necesita por detrás un poder de convencimiento, que jamás
vendrá acompañado de malas relaciones, ni de malos intercambios.
Se puede
decir, entonces, que las buenas relaciones interpersonales son una decisión que
podemos tomar, o no, cada uno de
nosotros. Pero aceptando de antemano que teniéndolas, vamos a conseguir de una
manera más fácil, más agradable, más bonita, lo que estamos buscando.
Sí, suena
maquiavélico y tal vez lo sea. Suena a estrategia y definitivamente lo es… Pero
hasta ahora me ha funcionado y he conseguido una gran cantidad de amigos que,
además son también, compañeros de trabajo.
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